El Gobierno de Ceuta debería pensarse muy seriamente el uso que se está haciendo de las Murallas Reales. Y lo decimos porque no es lógico que este recinto acoja todo tipo de eventos y, sin embargo, no se permita a los niños jugar a la pelota o utilizar una bicicleta. Incongruente.
No es de recibo alguno que en este entorno se monten escenarios de conciertos, corran los caballos, entren vehículos pesados de los militares y que, en cambio, la juventud no pueda jugar con un balón o utilizar un patín.
No tienen ningún sentido estas prohibiciones a los niños y esos beneficios que, a buen seguro, causan muchos más trastornos al conjunto monumental que el simple hecho de que los chavales jueguen a la pelota.
O el responsable de turno se piensa esta prohibición o habrá que ir pensando que es una medida absurda de alguien que no piensa con la cabeza.