Ayer tuvo lugar la participación en la XIV semana cultural de la Casa de Ceuta en Cádiz del doctor Jesús del Real Pérez, natural de Ceuta, tal como estaba programado.
Reconocido cardiólogo y neumólogo de los hospitales Victoria Eugenia y Carlos III de Madrid, donde ha desarrollado su carrera profesional, ya que actualmente está retirado por la edad.
Como tantos otros jóvenes ceutíes saltó, tras el curso Preuniversitario en el Instituto Nacional de Enseñanza Media de Ceuta, a la facultad de Medicina de la Universidad de Granada. No solo es persona de gran prestigio profesional, sino que también le adornan otras virtudes no menos importantes, como es su gran humanidad y su deseo permanente de ayudar a todo el que necesite con urgencia atención sanitaria aunque para ello haya tenido que obviar las consabidas barreras burocráticas. Así se lo ha reconocido y agradecido instituciones como Caritas, con la que ha colaborado desde antiguo, y ha pocos años la Asamblea de la Ciudad de Ceuta se ha sumado a tales reconocimientos concediéndole la Medalla de la Autonomía. No solo por su brillante trayectoria profesional sino por haber sido algo así como una personificación del Ángel de la Guarda para los ceutíes.
La intervención de Jesús del Real ha sido una charla-coloquio muy participativa, por lo que atrajo y mantuvo la atención de los asistentes a lo largo de la misma. Dio del Real su visión de lo que era la Ceuta de los años 50-60, comenzando por "su calle", como el enfatizaba, que era la General Yagüe, hoy día Fructuoso Miaja por los vaivenes de la historia, haciendo un recorrido por la misma recordando a personas y familias que por entonces allí habitaban. Su memoria contó con el soporte facilitado por algunos de los asistentes que así mismo fueron vecinos de tan conocida calle o sus aledaños. Sus comentarios y relatos anecdóticos provocaron la hilaridad del auditorio en más de una ocasión.
Tras el recuerdo de su calle, pasó al relato de sus vivencias deportivas, ya que este personaje polifacético fue un deportista muy conocido en la ciudad por practicar el fútbol (como portero generalmente) así como el baloncesto y el balonmano. Varios socios que lo oían fueron compañeros de equipo de él, como Manolo Herrera "Madríles" y Pepe Caracena, en los que despertó recuerdos entrañables de aquellos años de juventud, así como del presidente De la Yeza y el secretario de la Casa Luis Duro Una colección de fotografías de aquellos años iban siendo proyectadas en la pantalla que al efecto dispone la asociación, lo que mantenía más aún el interés del auditorio, algunos de cuyos miembros se reconocían, a pesar del paso de los años, en tales instantáneas.
Al término de su intervención, que fue muy aplaudida, el presidente de la Yeza le obsequió con la tacita icónica de la asociación y otros objetos acuñados por la Casa con los que se suelen reconocer y agradecer las intervenciones llevadas a cabo en la sede, tras lo que del Real dedicó ejemplares de su libro "Desde mi corazón", de reciente edición, finalizando el acto con la firma de del Real en el libro de honor de la Casa.