
El cierre de las fronteras terrestres con Marruecos ha resultado clave en el descenso de la presión migratoria que sufren las fronteras de Ceuta y Melilla ya que durante el pasado año las cifras de inmigración descendieron notablemente, con porcentajes superiores, en algún caso, al 95 %, según recoge hoy la agencia estatal de noticias EFE-Ceuta.