
Existen tres subtipos de radiación ultravioleta: UVA, UVB y UVC. De estos, solamente el tipo C (UVC) no llega hasta nosotros. En cambio, tanto la radiación UVB como los rayos UVA acceden a la superficie terrestre y sí penetran en la piel, especialmente en las horas centrales del día. Sin la protección adecuada, sus consecuencias pueden ser nefastas (quemaduras, envejecimiento, melanoma, etc.).