Nos cuentan que ayer "la vieja" y "el embajador de Portugal" se fueron de cervecitas y
de cubatas, terminaron con la borrachera correspondiente y a mitad de la tarde le decía el uno al otro: "Vieja, me he hartado de Portugal, ¿qué te parece si me doy una vuelta por Cuba y me traigo al amor de mi vida? Y el otro le contestaba, con hipo y mirada pintosa, "po' claro que sí". A la próxima no vamos a tener más remedio que apuntarnos.