En un día cargado de emoción y fervor cofrade, los corazones de los ceutíes se unieron en devoción mientras el 'Señor de Ceuta', Nuestro Padre Jesús Cautivo y Rescatado 'Medinaceli', recorrió las calles de la ciudad en una procesión extraordinaria para celebrar el 75º aniversario de su refundación.
Desde la casa de hermandad, ubicada en los aledaños de los Jardines de la Argentina, partió la procesión que contó con la participación de más de 90 costaleros, hombres y mujeres, que con esfuerzo y entrega llevaron sobre sus hombros la imagen de Cristo, uniendo así la tradición con la igualdad. Las lágrimas de emoción se mezclaron con el sudor en los rostros de los costaleros mientras avanzaban con paso solemne.
El cortejo procesional, precedido por una representación de autoridades civiles y militares, así como por representantes de la iglesia, llenó de solemnidad las calles de Ceuta. Mantillas, hermanos de luz y acólitos se unieron al desfile, creando un ambiente de recogimiento y espiritualidad que se hizo palpable en cada esquina.
El recorrido, de unas cinco horas y media, llevará al 'Señor de Ceuta' por lugares emblemáticos de la ciudad como la Gran Vía, la plaza de la Constitución, el paseo del Revellín y muchas otras calles por la que pasará esta venerada imagen. Los balcones y farolas de Ceuta lucían espléndidos con numerosos gallardetes para rendir tributo al Cristo del Medinaceli.
Una de las novedades más destacadas fue la nueva túnica bordada en oro que portaba el Cristo, una joya de artesanía que emocionó a todos los presentes. Además, el Cristo estrenó un broche y corona de espinas elaborados con gran maestría por un imaginero de Huelva.
En Ceuta, el 'Señor de Ceuta' es más que una imagen religiosa, es una fuente de esperanza y consuelo para miles de fieles. Su presencia en las calles de la ciudad durante esta procesión extraordinaria fue un momento de encuentro espiritual que quedará grabado en la memoria de todos los que tuvieron la dicha de presenciarlo. Devotos, fieles, creyentes o practicantes, en esta noche especial, todos se unieron en una misma fe, demostrando que el amor y la devoción trascienden las palabras.
Pero esta celebración no se limitará a esta procesión. En un gesto de solidaridad, la hermandad organizará una comida benéfica el próximo día 21 de septiembre, destinando los fondos a obras de caridad en tiempos de crisis, un recordatorio de que la fe se manifiesta no solo en las procesiones, sino también en la ayuda a quienes más lo necesitan.
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