
La pasada semana asistimos expectantes al debate en el Congreso de los Diputados de la quinta moción de censura de nuestra corta historia democrática, un instrumento diseñado originariamente para exigir responsabilidades al Ejecutivo de la nación. De las cinco mociones debatidas tan solo una prosperó, otorgándole la presidencia del Gobierno a Pedro Sánchez. Sin embargo, es importante recordar en este punto que las dos primeras significaron, como consecuencia de su debate, un cambio sustancial para las formaciones que las presentaron: el partido socialista de Felipe González obtuvo la victoria en las Elecciones Generales de 1982, y la de Hernández Mancha en 1987, que significó que José María Aznar se convirtiera en el presidente de un nuevo partido que congregaba a todo el centro derecha español.