A Diestras
Es difícil comprender cómo existe un gobierno que goza de salarios inalcanzables para el resto de los mortales, mientras la población bate los miserables records de pobreza y desesperación. En una Ceuta donde más del 50% de la población menor de 30 años se encuentra bajo los parámetros de pobreza, en la desesperanza de la búsqueda de un trabajo que nunca llega, no puedo entender un gobierno sobredimensionado, que no cesa de engordar, y que ha perdido todo recato a mostrarse como un anquilosado lastre para, no ya el avance de Ceuta, sino el sostenimiento de una economía local sostenible.
La pobreza se ha convertido , en Ceuta, como en otros muchos lugares, en una herramienta política con la que jugar. Por un lado el gobierno propone planes paliativos del mismo mal que ha creado. Alguien debería decirle al gobierno que el mejor plan contra la pobreza es no crearla. Por otro lado, la oposición juega su papel de defensor de desvalidos, como si ellos fuesen a hacer algo diferente, cuando además, en el caso de Ceuta y el grupo político de Caballas, todo el mundo conoce que Arostegui tiene línea directa con Juan Vivas. Línea directa que tiene mucho que ver con un futuro gobierno de coalición si Juan Vivas no obtiene una próxima mayoría absoluta.
Los planes de empleo, de barriadas, de inclusión... no son más que programas que se ejecutan malgastando dinero público, con luchas intestinas sobre su control, sin más intención que el clientelismo político, calmar las voces y mantener una pequeña llama de esperanza que no haga prender brotes de violencia social; cuando estos planes, que consumen millones de euros, deberían abrir la puerta a un futuro cierto de empleo, estabilidad, emancipación y vivienda digna.
Un joven de nuestra ciudad no puede gastar parte de su tiempo demostrando que es pobre ante la Administración para, con ello, poder recibir las migajas de un Estado gobernado por la casta política. Ni una raquítica beca, ni una ayuda a la vivienda, ni un empleo precario temporal encaminado a pasar el tiempo, ayudarán a salir de la pobreza a la juventud, cuando con sus propios ojos asisten atónitos al derroche lujurioso de esa misma Administración. Los jóvenes se preguntarán para qué estudiar o esforzarse si la solución a sus maltrechas vidas de pobreza está en el dedo mágico que nombra.
Mal ejemplo de democracia cuando hasta la pobreza es un arma arrojadiza. Los datos estadísticos que indican los niveles de desesperación de Ceuta esconden historias de profunda tristeza, de desesperación, de hundimiento personal, de familias rotas, desarraigadas, excluidas de la sociedad, a las que se condena por generaciones a la indignidad de asistir al vergonzante espectáculo de un mal gobierno.
