¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo si luego lo pierde? de nada, de nada sirve conquistar el mundo, somos finitos como los yogures de la nevera, nuestra finidad debiera hacernos humildes y reconocer que nuestro camino terminará algún día, lo que queda de nosotros es nuestro trabajo, nuestras memorias, si de veras quieres cambiar las cosas es necesario cambiar desde ti mismo, desde tu interior y aceptar tu propia finidad, desde ese momento creas en ti la humidad necesaria para emprender un camino que en lo posible perpetúe tu existencia en el recuerdo de la gente que necesita vivir y experimentar la plenitud de la vida en esa humildad que muchos niegan por orgullo o por el ego narcisista que corrompe el alma, el espíritu y amor que nos lleva ya no a la vedad,