Juan Jesús Vivas ha sido investido hoy, por quinta vez consecutiva, como presidente de la Ciudad Autónoma de Ceuta en un acto al que ha asistido la ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, María Luisa Carcedo, y en el que no han estado presentes dos partidos de la oposición (Vox y Caballas).
La investidura se ha llevado a cabo en el salón del trono del Palacio de la Asamblea ceutí después de que el pasado sábado quedara oficialmente constituida una Asamblea donde el PP gobernará en minoría con sus 9 escaños.
El acto de investidura se ha iniciado con la lectura del Real Decreto de nombramiento del presidente de la Ciudad, publicado ayer en el Boletín Oficial del Estado, quien a continuación ha tomado posesión del cargo.
Nada más jurar el cargo, Juan Jesús Vivas ha descubierto sus intenciones de cara a la Legislatura que acaba de abrir sus puertas y donde tendrá que alcanzar acuerdos con el resto de las formaciones políticas para sacar adelante los distintos asuntos.
"Hoy renuevo mi compromiso con Ceuta y los ceutíes y espero responder con dedicación, entrega y voluntad de servir a todos los ciudadanos sin distinción", ha reafirmado.
El presidente ceutí ha aprovechado la asistencia de la ministra para recordar que la presencia del Estado en Ceuta "es una cuestión vital y debe traducirse en un esfuerzo adicional del Estado por los condicionantes" y ha recordado que el Gobierno de la Nación "puede contar con la lealtad" del Gobierno ceutí.
"Queremos una Ceuta de todos y para todos donde la educación debe ser la piedra angular del futuro ya que la ciudad debe mirar al futuro sin miedo y con la sensibilidad para atender dos infraestructuras críticas como el puerto y la frontera ya que Ceuta no puede soportar una carga migratoria superior a la que le corresponde por su tamaño", ha dicho Vivas.
Igualmente, el presidente autonómico ha insistido en que la solución de la frontera con Marruecos "es decisiva" y ha abogado por una colaboración "leal y responsable" con la Administración.
Vivas ha dicho que su nueva andadura política, con un gobierno en minoría, estarán marcadas por "la sensatez, la humildad, el diálogo y la voluntad de acuerdo y si no tengo éxito no seré ningún obstáculo para que se busquen otras soluciones porque la estabilidad de Ceuta nos supera a todos".
"Tenemos problemas pero no somos un problema, y hay dos pilares esenciales como nuestro amor a España y la convivencia, que es el arte de vivir compartiendo", ha añadido.
Juan Jesús Vivas repite este acto por quinta vez consecutiva, aunque con la diferencia de que en las anteriores ocasiones había gobernado con mayoría absoluta al lograr más de la mitad de los veinticinco escaños de la Asamblea ceutí.
Terminadas las intervenciones, el presidente se ha desplazado al Santuario de Nuestra Señora de África para realizar el tradicional ofrecimiento y llevará el bastón de mando a la Alcaldesa Perpetua de Ceuta, la Vírgen de África.
La Asamblea de Ceuta queda formada por el PP con 9 escaños, PSOE con 7, VOX con 6, Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía (MDyC) con 2 y Caballas con 1, por lo que los populares gobernarán en minoría.
Discurso de investidura 2019
Muchas gracias a todos por la asistencia a este acto, un gesto de respeto y aprecio a la institución que nos convoca. Muchas gracias a todos los que han hecho posible que renueve mi compromiso con Ceuta y con los ceutíes. Un agradecimiento sincero al que responderé de la única manera que sé: con entrega, dedicación y voluntad de servir; de servir a todos, a los que en mí han depositado su confianza y a los que, de manera legítima, no lo han hecho; a todos por igual y sin excepciones. Señora ministra, bienvenida a Ceuta y a esta su casa. Una presencia que agradezco, de veras, y que me satisface por cuanto subraya el carácter autonómico de nuestra institución, y me da la oportunidad, dada su condición, de significar la importancia vital que tiene la presencia del Estado en nuestra ciudad. Vital para garantizar la igualdad de los ceutíes con el resto de españoles. Por tanto, un plus de apoyo insustituible que no es dádiva ni privilegio, que encuentra su justificación en el principio de solidaridad que sanciona nuestra Constitución. La oportunidad, asimismo, señora ministra, de dejar constancia de nuestra lealtad al Gobierno de la Nación por encima de colores políticos. Así lo exige el bienestar de los ceutíes, y así lo demanda el interés de España. A nadie se le escapa: durante los próximos años, en la andadura que iniciamos, todas las capacidades, materiales y políticas, de esta Administración deben estar centradas en asuntos y prioridades decisivos para, entre todos, lograr la Ceuta que queremos:
1.- Una Ceuta con unos niveles de calidad en servicios, equipamientos e infraestructuras, equiparables a los del resto de España, y donde se preste una atención especial a las necesidades de nuestras barriadas.
2.- Una Ceuta de todos y para todos: diversa, inclusiva, sin barreras físicas ni psicológicas; una Ceuta volcada en la igualdad de oportunidades, en las políticas a favor de la mujer, en la lucha contra la violencia de género, en la atención a los mayores, a las personas con discapacidad, a los más vulnerables…
3.- Una Ceuta que se reconozca en su pasado, en su dilatada historia, en toda su historia, sin tachar ninguna página, sin eliminar ningún eslabón de la cadena. Un legado, y sus elocuentes huellas, que constituye, sin duda, un relevante y potente recurso turístico pero que, sobre todo, es una prueba irrefutable para demostrar quiénes somos y de dónde venimos, para acreditar que, desde siempre, Ceuta ha sido una prolongación de la península en esta otra orilla del estrecho mar que nos une, una permanente vocación de servicio a España, nuestra razón de ser.
4.- Una Ceuta que valore la educación como la piedra angular del porvenir; piedra angular para facilitar la inserción laboral de los futuros demandantes de empleo, y piedra angular para cultivar el respeto, la convivencia, la concordia, el juicio crítico, la libertad, el afán de superación, la curiosidad por descubrir y el deseo de aprender. Y el deporte, como escuela de valores, como complemento necesario.
5.- Una Ceuta que mire al futuro sin miedo, con ilusión y optimismo en todos los ámbitos, también en el económico; una Ceuta, en consecuencia, que tenga definida una estrategia para la promoción del comercio y el turismo, de las actividades portuarias, de la industria existente, de los servicios profesionales, de la economía digital; que prime y atraiga al talento; que ofrezca oportunidades de empleo a nuestros jóvenes; que apoye a los autónomos; que de seguridad jurídica al sector inmobiliario y de la construcción, mediante un nuevo Plan de Ordenación Urbana; que divulgue eficazmente los atractivos fiscales y económicos; en definitiva, que transmita confianza, contando para todo ello con el concurso imprescindible de los agentes económicos y sociales.
6.- Una Ceuta bien conectada, tanto con la península como con Marruecos, a la que puedan llegar con facilidad quienes deseen visitarnos.
7.- Una Ceuta que cuente con una Administración ágil, eficaz y bien dotada. Ágil y eficaz para asegurar el buen funcionamiento de los servicios, satisfacer las demandas de los ciudadanos, favorecer el emprendimiento y hacer cumplir la ley. Eficaz, por tanto, para combatir los empadronamientos ficticios, las construcciones ilegales o las infracciones de la normativa medioambiental. 8.- Una Ceuta, en fin, que reciba de los poderes públicos el trato que requiere su singular condición de ser, junto con Melilla, la única frontera terrestre de Europa en África, con todo lo que ello trae consigo, en particular, en lo que concierne a la presión migratoria y sus consecuencias. Es decir, sensibilidad y respuesta. Sensibilidad y respuesta para acometer las inversiones y el esfuerzo en medios que, desde hace tiempo, mucho tiempo, la frontera y el puerto precisan. Dos infraestructuras críticas para Ceuta, pero también críticas, por muchos motivos, para el resto de España y de Europa. Sensibilidad y respuesta, para que, en relación con la referida presión migratoria, tanto de adultos como de menores, Ceuta no tenga que asumir, por causa del mencionado hecho fronterizo, una carga superior a la que podemos soportar y nos corresponde por tamaño y capacidades. Estamos ante un problema de alcance nacional, y que como tal debe ser abordado. En todo caso, un problema éste, el de la frontera, el puerto y la presión migratoria, difícil, complejo y extraordinariamente grave, de cuya solución depende casi todo, en gran medida, el futuro de nuestra ciudad. Por eso se requiere una acción decidida y enérgica por parte de todos, la implicación responsable, coordinada y leal de todas las administraciones, sin excusas ni dilaciones. Estos son, en resumen, los retos a los que nos enfrentamos. La lista no es exhaustiva, no puede serlo, pero sí reveladora de la notable complejidad y envergadura de dichos retos.
Ante esta constatación, nada discutible, surge una pregunta de manera casi inevitable: ¿Es posible afrontar con éxito unos retos de tanta enjundia con un Gobierno sin mayoría parlamentaria, como es el caso? Sinceramente, creo que sí. Si no lo creyera no estaría hoy aquí. Y lo creo por varias razones:
1.- Lo creo porque se trata de asuntos, prioridades y cuestiones que, por su naturaleza, pueden, y deben, ser abordados sin estar subordinados a condicionantes partidistas o ideológicos.
2.- Lo creo porque a base de sensatez, de humildad, de diálogo, de responsabilidad, de voluntad de acuerdo, de generosidad, se han construido grandes obras políticas, en el conjunto de España, y en Ceuta en particular.
3.- Lo creo porque la estabilidad y la gobernabilidad de nuestra ciudad está asociada, de manera inequívoca, al interés nacional. Confío, por tanto, en las bondades de la sensatez, el diálogo, la altura de miras y la voluntad de acuerdo, pero, con igual rotundidad, afirmo que si no es suficiente, que si fracaso en el intento, nunca seré un obstáculo para otras posibles soluciones. Como decía, y repito, la estabilidad y la gobernabilidad de nuestra ciudad están por encima, muy por encima, de los personalismos. Además, creo que el mencionado intento cuenta con un apreciable soporte de coherencia democrática: esta opción, la de ceder en lo accesorio para coincidir en lo fundamental, la de entenderse, es la opción que, a través de las urnas, han elegido los ceutíes. Antes de terminar, me van a permitir que envíe un mensaje de esperanza: tenemos problemas, algunos de mucho calado, pero no somos un problema. Nos enfrentamos a debilidades y amenazas, pero también existen fortalezas y oportunidades. De esperanza y de orgullo. De orgullo por esta tierra hermosa y mágica. Hermosa y mágica por sus profundas raíces, por su historia, por el alma mediterránea de su gente, por su paisaje, su cielo, su luz, su mar; hermosa y mágica por las dos esencias que definen la personalidad de nuestro pueblo: el amor a España y la convivencia entre personas de diferentes credos y razas. El amor a España, un sentimiento forjado a través de siglos de resistencia y de hechos heroicos; un sentimiento que se palpa, que está en el ambiente, que se manifiesta en las constantes muestras de cariño a nuestro ejército y de respeto a los símbolos de la patria; un sentimiento que encuentra en la defensa de los pilares de nuestra Constitución su más actual y contundente reflejo, en la defensa, por tanto, de la unidad de España y de su integridad territorial, de la soberanía nacional, de la monarquía parlamentaria, de la justicia, de la libertad y de la igualdad entre todos los españoles, igualdad en derechos, deberes y obligaciones sin ningún tipo de discriminación. Y la convivencia, o lo que es lo mismo, el arte de vivir compartiendo espacios, afectos, afanes y sueños. Es real; es posible; es edificante. Se construye día a día, de manera espontánea y anónima; se construye fomentando el respeto y la tolerancia, y ensanchando el campo de lo que nos une, que es mucho. Respeto y convivencia para sobrevivir: para no dividir a los ceutíes; para no sembrar la discordia o el enfrentamiento; para no contaminar nuestros corazones con el odio o el rechazo al otro; para no herir de muerte el futuro de nuestro pueblo. Para terminar, dos últimas aseveraciones: Pedir nuevamente perdón por los errores cometidos, y por los que pueda cometer. De los primeros espero haber aprendido la lección. Unos y otros han sido y serán involuntarios. Reitero, es un honor servir a Ceuta y a su gente; un honor servir a esta tierra de atardeceres de ensueño en los que el cielo se enciende y se funde con el mar; esta tierra fecunda, profunda, diversa, amable, hospitalaria; esta tierra de templos y corazones abiertos; esta tierra donde el grito de viva Ceuta suena cual eco fuerte de un viva España. Muchas gracias a todos.