El documento que se pretende aprobar, elaborado en el año 2008, es un documento obsoleto (muchas de las medidas contempladas ya han sido desechadas), incompleto (elementos claves están sin desarrollar o simplemente son inexistentes), e incoherente (entra en contradicción con otras previsiones). El modelo de desarrollo urbano no ha sido sometido a debate y, lo que es aún peor, está fuera de unas coordenadas económicas realistas, lo que lo convierte en un montón de planos inservibles, añade Caballas.
Para colmo de males, y por aplicación del artículo 120 del Reglamento de Planeamiento, automáticamente quedarán suspendidas las licencias en todas las áreas sometidas a modificación, durante dos años. Esto supone paralización de inversiones, un nuevo freno al desarrollo de la Ciudad, más paro y más desesperación.
Caballas exige al Gobierno que deponga su actitud y que este asunto se aborde con el rigor que merece. Que se explique bien a la ciudadanía lo que se quiere hacer con la Ciudad (sin ocultar la verdad detrás de incomprensibles mapas y datos técnicos). Que se fomente un debate constructivo, y que, en la medida de lo posible, se busque el consenso.
Caballas comenzará una labor explicativa a través de los medios de comunicación de las consecuencias que se derivan de las medidas contempladas en el documento que se pretende aprobar.