El puerto de Melilla cerró el año 2017 batiendo "todos los récords" de intrusiones de inmigrantes en la zona restringida, donde se contabilizaron un total de 19.204 entradas irregulares con el objetivo de alcanzar los barcos para llegar a Europa como polizones.
Es más del doble que en el 2016, cuando el puerto sufrió 8.921 intrusiones de inmigrantes en su zona restringida, según los datos que ha ofrecido hoy en rueda de prensa el presidente de la Autoridad Portuaria de Melilla, Miguel Marín.
También aumentó la cifra de polizones que fueron localizados en el interior de los buques antes de que zarparan del puerto de Melilla, al registrar un total de 255 el año pasado, frente a los 169 contabilizados en el 2016.
Marín ha admitido que el puerto de Melilla nunca se había encontrado con una presión migratoria tan elevada e "incesante" como el año pasado, pese a habilitar más recursos humanos y materiales para evitar este fenómeno, lo que ha atribuido al hecho de que estos aspirantes a polizones saben que próximamente se va a reforzar la seguridad.
En este sentido, ha anunciado que, además de la valla antiintrusión que ya se ha encargado para impermeabilizar el espaldón del puerto, donde se producen la mayor parte de estas entradas irregulares, el puerto instalará otro vallado en la zona que da al mar y uno más en el Muelle Ribera I, con una inversión de 100.000 euros.
