La organización Andalucía Acoge ha lamentado que exista "la idea generalizada de un desbordamiento migratorio" en las costas, y ha informado de que el Mediterráneo ha recibido 110.883 entradas desde enero, de las que el 49 por ciento, un total de 55.188, corresponden a España.
Las aguas del Mediterráneo se han cobrado la vida de 2.160 personas, según Andalucía Acoge, que ha ofrecido datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y del Ministerio del Interior, actualizadas a 9 de diciembre.
El número de inmigrantes indocumentados llegados a España en ese mismo periodo ha aumentado con respecto al año anterior, cuando fueron 20.043.
De las 2.160 personas fallecidas en el Mediterráneo, 687 lo hicieron intentando llegar a las costas españolas.
Aunque el número de fallecidos ha disminuido con respecto a 2017, cuando fueron 3.129, en el último año se ha triplicado el número de personas que han muerto intentando llegar a las costas españolas, según las cifras ofrecidas en conferencia de prensa por la presidenta de Andalucía Acoge, Elena Tajuelo, y el secretario general de la entidad, José Miguel Morales.
Ambos han achacado ese aumento al cierre del paso de inmigrantes en el Mediterráneo oriental y han asegurado que salvar las vidas de los inmigrantes depende de "la necesaria coordinación entre Administraciones, tanto central como autonómica, así como de los municipios costeros".
De la "falsa idea de desbordamiento" por el número de llegadas de inmigrantes han culpado a la "descoordinación de las Administraciones" y a que, "ante esta previsible situación", el Gobierno de España "no ha desarrollado mecanismos de acogida".
Ante esta situación, Andalucía Acoge ha propuesto que se establezcan "de manera urgente e imprescindible" dispositivos y protocolos de acogida "dignos y respetuosos con los derechos humanos" para atender a todos los inmigrantes que presumiblemente seguirán llegando lo que queda de año y durante 2019.
Según han insistido los responsables de Andalucía Acoge los movimientos migratorios son un hecho estructural de la sociedad actual por las condiciones de desigualdad que se viven en distintas áreas geográficas, por lo que han considerado que continuarán e, incluso, irán en aumento.