Muchas veces hemos insistido en la idea de que el estado es una cosa y la patria otra. Una cosa es España y otra su gobierno. Siendo cosas distintas, el gobierno puede ir a favor de España o contra España.
Y decimos esto porque ver cómo 45 policías nacionales, agentes de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, están siendo procesados por actuar en defensa de España, en defensa de las leyes de nuestro país, en defensa de nuestra democracia, contra unos intransigentes, unos independentistas que solo buscan romper la unidad de España, y que quisieron celebrar un 'Procés' ilegal, desafiando a todo un país.
Es una verdadera vergüenza que estos funcionarios públicos, estos servidores de la ley, estas personas que velan por la seguridad de todos, incluso por la de esos indeseables independentistas, tengan que ser procesados, mientras el Gobierno de Sánchez mira hacia otro lado y estudia las fórmulas legales para que los que realmente atacaron las leyes, puedan librarse de un proceso judicial que debería llevarles a todos a la cárcel. Que si fuera delito de sedición, que si amnistía, que si ahora te concedo todo lo que me pidas para poder mantenerme en el sillón...
A más de uno se le debería caer la cara de vergüenza, tanto a los miembros del Gobierno, empezando por el propio presidente Sánchez, como a los mismos jueces, por llevar a los banquillos a estos policía que lo único que hicieron fue velar por el cumplimiento de las leyes, y si alguien se sintió agredido, seguro que no fue porque a estos agentes se les puso en los cojones agredirle, seguro que era uno de los que estaban alterando el orden, que estaban increpando, insultando e incluso amenazando y golpeando a nuestros agentes, así que bien merecido seguro que se lo tenía.
Si permitimos esto se dará pie a que cualquiera exija por las bravas lo primero que se le venga en gana, porque al final, si la policía actúa con contundencia y proporcionalmente a la magnitud de los hechos, serán juzgados los agentes y no quien realmente ha alterado el orden.
País de quijotes, de perroflautas y de lameculos, donde decir y llamar las cosas por su nombre ya es ofender, ya es ser un racista, un xenófobo, homófobo o todos los fobos que existan, donde hacer cumplir las leyes ya es que te tachen de fascista, y aquí solo hay una cosa que está clara: la ley es para todos, las leyes están para cumplirlas, y el que no quiera, desde los Pirineos para arriba, y desde el Tarajal para abajo, ya pueden irse donde les venga en gana, ya que indeseables como ellos este país no los necesitan ni los quieren.