
Esta noche del 27 de octubre, antes del toque de queda, y durante una hora se ha podido comprobar la cantidad de pardelas cenicientas que llegan deslumbradas por la contaminación lumínica hasta la playa de la Ribera y que deben sortear con suerte los obstáculos que se encuentran en su trayectoria para evitar una colisión que puede llegar a ser mortal.