El sindicato CSIF ha asegurado en un comunicado que la Ciudad ha puesto en manos de SAMU la gestión de los más de 1.000 menores que accedieron a nuestra ciudad de forma irregular el pasado 18 de mayo con un simple movimiento, por urgencia y sin supervisar adecuadamente las condiciones en las que cedían esta gestión.
Los contratos realizados por SAMU conllevan salarios desproporcionadamente bajos, no acordes a las tareas propias de un servicio de atención a menores. Se contrata a personal sobrecualificado, Educadores Sociales, Trabajadores Sociales, etc. en las categorías más bajas de la empresa para aprovecharse de su vocación y celo profesional para de este modo ahorrar costes en personal.
SAMU, mantiene a los trabajadores con jornadas laborales que podríamos calificar de explotación, con horarios de 10, 12 y hasta 38 horas de jornada continuada, algo insostenible en pleno siglo XXI y menos en un servicio de estas características en el que es imprescindible mantener la vigilia, la atención y la concentración, hemos de recordar a SAMU que el trabajo con menores requiere de una especial atención por parte de los profesionales, que de difícil forma podrán mantener su rendimiento si realizan turnos de 38 horas seguidas (desde el sábado a las 8:00 hasta el domingo a las 22:00), según el sindicato.
Por si esto no fuera suficiente, se mantienen estas jornadas en instalaciones que de ninguna manera reúnen las condiciones mínimas necesarias para un servicio de estas características, no estando dotados de estancias adecuadas para el personal, que, valga como ejemplo, en el caso de una de las naves del Tarajal no cuentan ni con aseos para el personal.
Desde CSIF exigen al Gobierno de la Ciudad, garante de la ejecución de este servicio y al propio SAMU, responsable de los menores a los que atiende, que tome medidas contundentes y urgentes para garantizar la sostenibilidad de la atención a estos menores sin mermar los derechos laborales de los trabajadores.