
Más de cuatrocientos inmigrantes llegaron ayer a la ciudad después de protagonizar un asalto masivo por diversos puntos del perímetro fronterizo. Además de provocar el colapso en el Ceti han ocasionado heridas a decenas de agentes de la policía nacional y de la guardia civil. Esta claro que estas personas llegan huyendo de sus países, la mayoría en guerra, pero no se puede consentir la violencia que utilizan para lograr entrar a un país de forma ilegal. Hoy se ha echado de menos a las ONGs criticando la actitud violenta de los subsaharianos y mostrando su solidaridad con los agentes heridos. Las administraciones no deben seguir mirando hacia otro lado y hay que atajar o poner medidas contundentes contra la inmigración ilegal.