La situación que se está viviendo en Ceuta en los últimos años a nivel comercial y empresarial es digno de estudio y, por tanto, de análisis. No vale con pasar página y seguir el día a día sin hacer una reflexión acerca de lo que está sucediendo con la enorma fuga de empresas pioneras –las últimas fueron hace poco más de un mes Stradivarius y Mango-, mientras que el comercio local se va ahogando cada vez más como consecuencia de la actividad cada vez más muerta que existe en Ceuta y los numerosos obstáculos que se encuentran en el camino a pesar de los numerosos esfuerzos que vienen realizando desde hace décadas para mantener el negocio y a sus empleados.
Lo último es el cierre de la emblemática pastelería ‘La Campana’. Con más de 80 años a sus espaldas y siendo una de las grandes referencias de la ciudad a nivel de comercio local, esta misma semana ha echado la persiana como consecuencia de la “situación insostenible” que está viviendo.
En este sentido y después de todo lo que se ha ido de la ciudad ahora, habrá que preguntarle a los políticos si Ceuta se está muriendo o todo va bien y esto son que las empresas cierran o se van porque quieren. La realidad es que la situación es más agravante y no vale con vender únicamente que cada vez son más las empresas del juego online alojadas en Ceuta y que se ha generado más de 500 puestos de trabajo. Eso ya lo sabemos, lo que hay que trabajar y activar los mecanismos para que ninguna empresa tenga que verse obligada a echar el cierre y, en ese sentido, lo cierto es que hay mucho que mejorar. A la vista está.
