La nueva presidenta del Congreso de los Diputados se ha estrenado, como estaba programado, siendo una discípula de un Sánchez dictador que lo tiene todo medido al milímetro, controlando los tiempos a su interés, manejando el Congreso como le sale de las pelotas y dejando constancia de que en este país, ciego completamente ante el panorama político que se nos presenta, al parecer todo vale, teniendo como justificación que “es que yo siempre he sido del PSOE”.
Pero es que no es el caso. Este Pedro Sánchez ha reventado al PSOE y a la España de la Democracia, el consenso y el diálogo. Todo por un poder que será fracturado más pronto que tarde, pues es imposible contentar a tantos partidos, principalmente a aquellos que se declaran “en contra del Estado español”.
Al margen de eso, lo vivido en estos dos días en el Congreso de los Diputados durante el Debate de Investidura del lamentable Sánchez, no es más que la representación y la demostración real de lo que nos espera a los españoles hasta que este Gobierno comprado aguante, pues la actitud de la señora Armengol ha destapado todas sus cartas en sus primeras decisiones, cortando el turno de palabra a Feijóo, exigiendo a Abascal retirar sus palabras de que “estamos ante un golpe de Estado” y permitiendo a la señora Díaz todo lo permisible, y más en cuanto a tiempo y a palabras.
Esta es la triste realidad que tenemos por delante ante una España fraccionada como consecuencia de las cesiones de un Pedro Sánchez que, por estar en el poder, es capaz de traicionar a su propia madre.
Disfruten de lo no votado.
