En esta ciudad ya estamos más que acostumbrados a que el Gobierno de la Nación se implique más con Marruecos que con Ceuta en lo que se refiere a visitas ministeriales y a gestos.
No es nada nuevo que un ministro pase incluyo dos días en Marruecos de visita oficial y que, ni tan siquiera, tenga a bien cruzar la frontera y estar unas horas en Ceuta, aunque únicamente sea para cubrir el expediente.
Los ministros prácticamente sólo vienen a Ceuta durante los periodos electorales porque temen que, con su presencia, se pueda molestar a Marruecos. Y si hablamos del presidente del Gobierno eso ya es otro cantar porque parece que esa visita a nuestra ciudad está más que prohibida.
Esto es así por mucho que algunos quieran decir lo contrario. No hay que molestar a Marruecos y la última prueba es la visita de Asuntos Exteriores en la jornada del viernes al país marroquí. A Ceuta, sin embargo, nada de nada.