La inmigración irregular no cesa en nuestra ciudad, aunque cambia de roles
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La agencia de noticias EFE-Ceuta ha destacado este lunes en un reportaje que la inmigración irregular continúa siendo una constante en los pasos fronterizos de Ceuta y Melilla como consecuencia de su condición de frontera con Marruecos, si bien los roles migratorios han cambiado en el último año en el caso de la ciudad ceutí.

Los asaltos al perímetro fronterizo en grupo protagonizados por inmigrantes subsaharianos desaparecieron a lo largo del 2022 y han sido sustituidos por entradas en pequeños grupos -de una a cuatro personas- así como por los cruces a nado, estos últimos protagonizados principalmente por inmigrantes yemeníes, marroquíes y sirios.

Según los datos facilitados a EFE por fuentes policiales, el pasado año se cerró sin ningún intento de salto en grupo, si bien han aumentado las entradas terrestres de inmigrantes subsaharianos en reducidos grupos para no llamar la atención.

SALTOS A LA VALLA

Estos saltos se producen principalmente en zonas del vallado fronterizo -situado a diez metros de altura- por donde todavía no se han instalado los conocidos como "peines-invertidos" (tubos que han sustituido a las concertinas), se realizan de madrugada y en cada intento participan una media de una a tres personas.

Al margen de este nuevo método, se ha incrementado de forma considerable el número de entradas por la vía marítima, pero no a bordo de embarcaciones sino a nado desde la costa marroquí más próxima a Ceuta para intentar salvar con éxito la escasa distancia -apenas doscientos metros- que separan la costa ceutí de la alauita.

Estos inmigrantes suelen ser yemeníes, marroquíes o sirios, los cuales utilizan trajes de neopreno para protegerse de la baja temperatura del mar. Inician las travesías por la noche para dificultar la visión de los agentes tantos marroquíes como de la Guardia Civil.

Por esta circunstancia, las entradas a nado han sido constantes durante todos los meses, especialmente en la época veraniega por el buen estado del mar para realizar estas travesías clandestinas.

ENTRADAS EN GRUPO

Desde el año 2014 las avalanchas en grupo se habían convertido en algo habitual en los 8,2 kilómetros de perímetro fronterizo terrestre que separa Ceuta de Marruecos, aunque alcanzaron su punto más álgidos en los años 2018 y 2019, cuando se producían con una periodicidad cada dos meses, según cuenta la agencia EFE-Ceuta.

Sin embargo, en 2022 no ha registrado ningún intento destacado, en consonancia con el descenso experimentado en el año 2021, cuando apenas hubo dos intentos protagonizados por decenas de subsaharianos.

Concretamente, el 13 de abril y el 7 de octubre de 2021, fecha esta última cuando unos 300 inmigrantes subsaharianos intentaron acceder de forma irregular a Ceuta a través de la frontera norte de Benzú, sin que ninguno lo consiguiera por la intervención de las fuerzas marroquíes desplegadas en la zona.

Al contrario de lo que sucede en Melilla, la orografía de Ceuta dificulta estos intentos de entradas en grupo, a pesar de haberse contabilizado más de medio centenar a lo largo de estos últimos años.

ACOGIDA DE INMIGRANTES

Las entradas constantes de inmigrantes han hecho que el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes de Ceuta (CETI) haya cerrado el ejercicio de 2022 con 399 inmigrantes acogidos, lo que supone un 78 por ciento de la ocupación del recinto, habilitado para 512 plazas.

Un total de 286 residentes son subsaharianos, entre ellos seis mujeres y un niño, mientras que los 103 restantes -todos varones- son de distintas nacionalidades, principalmente de Yemen, Siria, Argelia o Marruecos, entre otros países.

La salida de unos 500 inmigrantes a la península durante el 2022 acogidos por diferentes organizaciones no gubernamentales ha permitido que el CETI no haya alcanzado su máxima ocupación en esos meses, según los datos proporcionados a la agencia EFE en Ceuta por la Delegación del Gobierno.

Estos traslados se producen todos los meses, a una media de 40 mensuales, que permiten descongestionar el CETI para garantizar distintas actividades que se realizan en estas instalaciones.

La inmigración irregular, por tanto, no cesa aunque sí cambia de roles para burlar los controles policiales. Así es la vida en la frontera sur de Europa.

 

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Ceuta, Sábado 01 de Abril del 2023

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