La Real y Fervorosa Hermandad y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Nuestra Señora del Mayor Dolor llevó a cabo su procesionar por las calles de la ciudad en este Viernes Santo.
Como cabe de esperar en una hermandad como la del Cristo de la Buena Muerte, con un toque más serio, la hermandad conocida como la de Los Remedios iniciaba desde dicha parroquia su procesionar por las calles de la ciudad y ante cientos de ceutíes que se arremolinaban en sus alrededores para disfrutar de esta cofradía y sus Amantísimos Titulares por las calles de la ciudad.
La novedad de este año ha sido que la falta de costaleros para el paso del Santísimo Cristo de la Buena Muerte ha provocado que la imagen salida de las gubias del gran imaginero Antonio Castillo Lastrucci haya procesionado sin su paso, sólo la talla portada por varios cargadores, reencontrándose así con la feligresía después de dos años de espera ya que el pasado año no pudo procesionar por la lluvia. Así, nada más salir, un gran número de promesas se situaban tras el Cristo.
Tras la imagen del Cristo aparecía Nuestra Señora del Mayor Dolor, ella sí en su paso de palio. La Hermandad fue abriéndose paso en un itinerario nuevo que la llevó a revirar en la Plaza de los Reyes para pasar por la puerta de la Hermandad de Las Penas, donde se produjo una espectacular lluvia de pétalos, haciéndole posteriormente entrega de un ramo de flores.
La hermandad accedía al interior de la Seo Septense pocos minutos antes de las 21.00 horas para llevar a cabo su Estación de Penitencia. Un gran número de ceutíes se agolpaban en la plaza de San Daniel para ver entrar a la cofradía en la Catedral, antes de su paso por carrera oficial, el cual estaba previsto que fuera sobre las 21.20 horas, pero este paso por carrera oficial se retrasó ya que al parecer la cuadrilla de costaleros estaba teniendo problemas. Esto provocó que tuvieran que ir a por unas ruedas para colocarlas a las patas de la parihuela del paso de palio con el fin de seguir el procesionar empujando el paso.
Pero los costaleros, pese a los problemas, no quisieron realizar la carrera oficial con ruedas, y le echaron el resto para por lo menos portar a Nuestra Señora del Mayor Dolor, algo que aplaudieron los presentes, aunque la imagen ofrecida fue caótica, y no por el pundonor y el corazón que la cuadrilla le echó hasta que tuvieron que ponerle las ruedas, sino por la falta de gestión mostrada por la junta de gobierno de la Hermandad, la cual no debería haber permitido esta situación.
Finalmente, este pundonor de los costaleros obtuvo el reconocimiento de cientos de ceutíes que arroparon durante su procesionar a la hermandad hasta que regresó a su templo, donde fueron muy aplaudidos.